¡Salve!, oh admirable perla reluciente,
un ser de tu entraña con fervor te canta,
trayendo en su alma su verso candente
letras dedicadas a la gema que encanta.
Al rayar el alba, se ve en tus auroras,
fulgentes destellos de astros diversos
que suben al cielo y sus nubes coloran,
vistosos matices que inspiran mil versos.
Fragmento del Poema: A una perla reluciente
Autor: Juan Miguel Hurtado Arita
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