¿Es posible desempeñarse bien en el trabajo cuando se sufre una desgracia? Sí. Quienes lo han logrado le dicen cómo.

Ken Scott estaba visitando a un cliente fuera de la ciudad cuando recibió una llamada telefónica de su casa. Era su mujer, Karen, quien le hablaba para avisarle que una radiografía que acababan de tomarle mostraba que tenía un bulto sospechoso en el pecho. Para Scott, de 39 años de edad, director de una empresa de relaciones públicas, comenzaron ocho meses de angustiosa espera, durante los cuales su esposa habría de debatirse con la enfermedad de Hodgkin, un cáncer de los ganglios linfáticos.

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