Al momento de comer uvas muchas personas prefieren retirarles las semillas porque, aparte de tener un sabor amargo, consideran que son un desecho de la fruta.
Lo que no se alcanzan a imaginar es que, pese a su diminuto tamaño, son una importante fuente de nutrientes esenciales que le pueden brindar muchos beneficios al cuerpo.
Contienen ácidos grasos insaturados y poderosos antioxidantes que, en conjunto con sus vitaminas y minerales, mejoran la salud y protegen frente a algunas enfermedades.
Su consumo es cada vez más popular en todo el mundo, no solo por sí solas, sino como complemento de ensaladas y jugos naturales.
Por esta razón, hoy queremos dedicar este espacio a 8 buenas razones para dejar de desecharlas y considerarlas un superalimento.
¡Descúbrelo!
1. Mejoran la circulación
Los flavonoides contenidos en las semillas de uva le confieren la capacidad de mejorar la circulación de la sangre para evitar la formación de trombos y problemas de presión arterial alta.
Sus ácidos grasos esenciales estimulan la limpieza de la sangre, refuerzan los vasos sanguíneos y ayudan a prevenir la inflamación y el endurecimiento arterial.
2. Previenen el envejecimiento prematuro
Esta variedad de semillas contiene antioxidantes que ayudan a proteger las células frente a los efectos nocivos de los radicales libres, principales responsables del envejecimiento prematuro.
Su absorción en el organismo minimiza el estrés oxidativo y promueve la regeneración celular para evitar el desgaste de los órganos y tejidos.
Debido a esto sus extractos se utilizan en la industria cosmética, dado que también protegen la piel frente a la aparición de arrugas.
3. Mejoran la salud visual
El consumo regular y moderado de semillas de uva es un hábito que puede beneficiar la salud visual. Y es que no solo disminuye el riesgo de infecciones, sino que brinda un efecto protector contra el desgaste causado por las toxinas.
Su alto aporte de vitamina E mejora la agudeza visual y reduce la fatiga ocular que se produce por el uso excesivo de dispositivos electrónicos.
Sumado a esto, ayuda a minimizar los efectos negativos de la diabetes sobre los ojos y evita el desarrollo de enfermedades crónicas.
4. Fortalecen el cabello
Las mujeres con cabello débil y con tendencia a la caída excesiva pueden encontrar un gran complemento nutricional en las semillas de uva.
Este alimento, además de su aceite esencial, fortalece los capilares y ayuda a mejorar la absorción de los nutrientes para un óptimo crecimiento.
Su consumo moderado, y la aplicación externa, mejora la circulación en el cuero cabelludo y facilita su proceso de oxigenación.
5. Ayudan a desintoxicar el intestino
Contrario a lo que muchas personas piensan, estas semillas contienen una cantidad importante de fibra dietética, necesaria para mejorar la digestión.
Sus propiedades son un excelente apoyo para impulsar la desintoxicación del intestino, ya que facilita los procesos que expulsan los residuos que se alojan en su interior.
Además, no alteran el pH de la flora intestinal y disminuyen el exceso de acidez en el tracto gastrointestinal.
6. Fortalecen la salud inmunitaria
Estas pequeñas semillas son una fuente importante de vitamina C, beta-carotenos y resveratrol, nutrientes esenciales que apoyan el buen funcionamiento del sistema inmunitario.
Sus compuestos fenólicos apoyan el proceso de formación de anticuerpos y disminuye el riesgo de ataques bacterianos y virales.
7. Previenen las infecciones urinarias
Por sus propiedades diuréticas y depurativas, las semillas de uva son un remedio preventivo de las incómodas infecciones urinarias.
Sus compuestos tonifican las vías urinarias y ayudan a incrementar la producción de orina para impulsar la eliminación de las bacterias que se alojan en el sistema.
8. Protegen la piel
Aunque en la piel se suele utilizar el aceite obtenido de las semillas de uva, consumirlas por sí solas también resulta idóneo para protegerla.
La absorción de sus nutrientes y antioxidantes inhibe los daños causados por los radicales libres sobre las células y, de paso, ejerce un efecto rejuvenecedor.
Su vitamina C y resveratrol ayudan a mantener los niveles adecuados de colágeno y elastina, sustancias que mantienen la firmeza y juventud de la piel.
Además, sus propiedades antibacterianas ayudan a combatir el acné y previenen problemas como la dermatitis y el eccema.
¿Eres de las que desecha estas maravillosas semillas? Ahora que sabes cuán buenas son para promover tu bienestar, anímate a consumirlas junto con las uvas o añadidas en otras preparaciones.
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