Cualquier marca de jabones y limpiadores asegura que tiene la receta perfecta para acabar con los gérmenes.
Sin embargo, estos pequeños invasores han ocupado cada rincón del planeta tierra incluso desde el principio de su creación.
Aun siendo diminutos, hay gérmenes que tienen la capacidad de atacar el organismo del ser humano y generar severos daños por medio de enfermedades.
Este grupo es el de los denominados agentes biológicos patógenos.
Lo peor es que estos organismos microscópicos pueden alojarse en rincones que no podríamos ni imaginar.
La esponja de lavar platos y los gérmenes
La esponja está llena de jabón y por eso pensamos que todo es limpieza y pulcritud en ella. Sin embargo, un estropajo húmedo es un lugar ideal para el crecimiento de microorganismos perjudiciales para la salud.
El problema es que las esponja no solo están llenas de jabón, sino de múltiples micropartículas de restos de comida y otras que se ubican en la cocina o en el mismo lavabo.
Algunos estudios indican que los agentes patógenos pueden durar hasta dos semanas en un mismo estropajo.
- Por eso es de vital importancia escurrir de forma recurrente, además de evitar el exceso de aguas que permitan la reproducción de bacterias y demás patógenos.
- Asimismo, lo recomendable es sustituir esponjas y estropajos cada cierto tiempo.
Visita este artículo: ¿Sabías que las esponjas para lavar platos son una de las mayores fuentes de bacterias? ¡Conoce cómo limpiarlas y desinfectarlas!
La tabla de cortar
El problema con la tabla es que en ella picamos desde un filete de carne, hasta una fruta o cualquier tipo de vegetales. En este sentido, la tabla de cortar es un espacio ideal para el nacimiento de microbios de alta peligrosidad.
Bacterias como la salmonella, campylobacter y Escherichia coli son solo algunos de los huéspedes más frecuentes dentro de este utensilio de cocina.
Al entrar en contacto con paños y jabones, y hasta con el agua, se crea el escenario perfecto para la incubación de toda clase de microorganismos.
- Por ende, no basta con simplemente utilizar un quitagrasas. Se recomienda desinfectar constantemente y completar el fregado con un poco de vinagre.
Tiradores y manillas
Abrimos la ventana, tiramos de la manilla para cerrar la puerta y no nos damos cuenta del peligro al que estamos expuestos. Hablamos de elementos utilizados a diarios y que, por lo general, pasan desapercibido a la hora de limpiar.
Lo peor es que nuestras propias manos se convierten en portadoras de toda clase de bacterias inofensivas y también patógenas que quedan alojadas en este tipo de implementos.
- Mantener un aseo integral puede ahorrarnos males mayores.
El cepillo de dientes
Hongos, bacterias y virus nos asechan en el mango de nuestro cepillo dental. Este utensilio para la higiene es sometido al humedecimiento constante y, donde queda agua, es posible el nacimiento de patógenos.
Pero el agua es apenas uno de tantos proveedores de bacterias. La boca y las manos son los principales conductores de millones de microrganismos que logran habitar en la superficie del cepillo de dientes.
A esto se le suma el hecho de que el cuarto de baño es un lugar en donde abundan microbios intestinales que viajan del inodoro a cualquier parte.
- Mantener los utensilios de higiene personal secos y desinfectar todo lo que hay en el aseo nos ayudará a controlar la proliferación de bacterias y enfermedades infecciosas.
Los juguetes de los niños
La mayoría de los padres enseña a sus hijos a guardar los juguetes en su cajón, pero pocos entienden la importancia de desinfectarlos cada cierto tiempo.
Lo preocupante es que los más pequeños del hogar entran en contacto con ellos sin ningún tipo de restricción.
- Los juguetes tienen una enorme propensión a ser colocados en lugares de alta contaminación bacteriana: almohadas, pisos, tinas de baño, alfombras, etc.
Es menester de los padres desinfectar cada cierto tiempo.
Las figuras de acción, tacos de madera y demás complementos para el juego pueden ser peligrosos, sobre todo si tenemos en cuenta que la flora bacteriana y las defensas de los infantes son mucho más vulnerables que la de los adultos.
En este sentido, los juguetes de madera son los más propensos a acumular microorganismos y bacterias.
Ver también: Cómo proteger la piel de la contaminación
La humedad y los gérmenes
En conclusión, los sitios húmedos deben ser asumidos como potenciales caldos de cultivo para la multiplicación de muchos tipos de microbios, capaces de generar enfermedades en los seres humanos.
La única solución es el uso constante de productos desinfectantes a la hora de realizar las labores de limpieza.
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