Cuando la mente es incapaz de acceder a los recuerdos (en forma parcial o total) se habla de amnesia.
Este problema que suele afectar a las personas mayores se convierte en incapacitante cuando no se pueden recordar aspectos de la vida cotidiana.
¿Te gustaría saber si hay formas de prevenirlo? En este artículo te lo contamos.
¿Qué saber sobre la amnesia?
Nuestra memoria es fundamental para definirnos, pero también para poder realizar diferentes actividades. Gracias a ella recordamos a nuestros seres queridos, dónde vivimos, cómo se llega a un lugar o qué tenemos que comprar.
Todos hemos sufrido alguna vez lo que popularmente se conoce como “lagunas mentales”, es decir, un lapso corto en que no podemos recordar un nombre, una fecha, un número o lo que hicimos ayer.
No obstante, al poco tiempo la memoria se restablece y todo vuelve a la normalidad.
En el caso de las personas que padecen amnesia los olvidos no solo son más frecuentes, sino que además se mantienen por horas, días o incluso semanas.
En la memoria se implican tres procesos:
- La creación del recuerdo (se aprenden nombres y situaciones nuevas).
- El almacenamiento (se crea la “huella de memoria).
- La recuperación (se accede al recuerdo).
Cuando hay una alteración en cualquiera de los tres procesos, el resultado es una incapacidad para recordar algo o alguien.
Esto puede afectar los eventos del pasado (se conoce como amnesia retrógrada) o la capacidad de formar nuevos recuerdos (amnesia anterógada). Ambas pueden incluso presentarse al mismo tiempo.
Son muchos los motivos de amnesia o alteración de la memoria. Por ejemplo, el consumo de drogas o alcohol, un traumatismo craneoencefálico, una malformación física del cerebro o un desorden emocional.
- Los principales síntomas están centrados en la falta de acceso a un recuerdo. Podemos olvidar nombres, fechas, datos o eventos puntuales.
- La afección puede ser menor o mayor y hasta llegar a la imposibilidad de no recordar nada de épocas pasadas.
Esto puede traer como consecuencia un deterioro en las relaciones personales y laborales, un comportamiento del tipo “antisocial” o incluso cambios en el humor o irritabilidad.
En algunos casos el paciente no se puede acordar cosas del pasado, pero sí del presente o viceversa.
Visita este artículo: Trucos para mejorar la memoria
Tratamiento y prevención de la amnesia
Es necesario saber que algunos tipos de amnesia no se pueden curar (aquellas que contemplan alteraciones en el cerebro) y, en otras ocasiones, la pérdida de memoria desaparece en un plazo inferior a las 24 horas.
Según el caso puntual se requerirá mayor o menor supervisión médica.
Muchos pacientes utilizan la “terapia ocupacional” donde se les enseña a desarrollar diferentes estrategias que compensen la pérdida de memoria y puedan disfrutar de una vida normal.
- A través de alarmas, notas o hábitos se pueden recordar eventos o personas importantes.
La amnesia se puede prevenir o retrasar con nuestros hábitos cotidianos. La salud del cerebro, al igual que sucede con otros músculos, depende bastante de cuánto y cómo trabaja.
Por lo tanto, se recomienda mantener la salud mental en buenas condiciones.
Para ello podemos:
1. Mantenernos ocupados
Entre otras actividades para mantener la mente ocupada podemos:
- Realizar tareas que impliquen estar en contacto con muchas personas
- Salir a la calle
- Hacer cuentas matemáticas simples
- Recordar direcciones
- Cumplir obligaciones
2. Dormir
El descanso es fundamental para que el cerebro (como los demás músculos) se pueda reparar y recuperar. Dormir 8 horas seguidas cada noche permite archivar los recuerdos de esa jornada y proteger los del pasado.
3. Evitar el estrés
Aquellas situaciones que nos alteran la tranquilidad afectan el funcionamiento general del cerebro, sobre todo en lo referido a la memoria.
Por ello, cuando estamos bajo mucho estrés no podemos acordarnos de ciertos datos o nos cuesta mucho concentrarnos.
4. Comer sano
La dieta es fundamental para que cada parte del cuerpo funcione como corresponde. Si consumimos grasas, azúcares y fritos, las arterias se van tapando y no llega suficiente oxígeno y sangre al cerebro.
- En cambio las frutas, las verduras, las legumbres y los frutos secos mejoran el riego sanguíneo hacia esta zona.
- Se recomienda consumir almendras y nueces ya que tienen muchas vitaminas y minerales (sobre todo potasio y fósforo) que son indispensables para la salud del sistema nervioso.
- No dudes en comer una manzana al día para evitar la fatiga mental.
- También añade a tu dieta uvas, dátiles y naranjas.
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5. Hacer ejercicio
Algo tan básico como caminar 20 minutos todos los días puede mejorar notablemente las funciones cerebrales. Si hacemos actividad física moderada 3 veces por semana ofreceremos más oxígeno al organismo en general y a la mente en particular.
6. Consumir remedios caseros
Aunque una planta no nos puede asegurar contar con una “memoria de elefante”, lo cierto es que existen algunas hierbas que mejoran el funcionamiento cerebral.
Una de ellas es el romero, que desde la antigüedad era conocida como “del recuerdo” por los griegos y los romanos (quienes inhalaban sus vapores para que la memoria no les jugara una mala pasada).
Bebe té de romero todos los días y aumentarás la agilidad mental.
Otra planta interesante es la salvia, que actúa sobre la corteza del cerebro, mitiga el cansancio mental y fortalece la concentración.
También puedes consumir el té de salvia todos los días (por ejemplo, a la noche, antes de dormir).
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