Aferrarse a alguien por miedo a la soledad, por temor a perder aquello por lo que tanto has luchado o porque estás empecinado en seguir intentándolo puede causarte mucho más dolor que soltar a esa persona con la que estás.
Sé que te han enseñado a esforzarte por las relaciones, que frases como “no lo estás dando todo” o “debes dar el 200 % si es necesario para que la chispa no decaiga” las tienes fuertemente instaladas en tu mente.
Lee: 5 claves para aprender a amar sin apegos y no sufrir en el intento.
Pero, ¿de qué te sirve aguantar tanto? ¿De qué tienes miedo? Imaginarte soltando a esa persona te provoca verdadero pánico. No obstante, no eres consciente de que puede ser sumamente liberador.
Resistirse a los cambios siempre provoca dolor
Los cambios implican poner un pie fuera de nuestra zona de confort. Modificar nuestra vida, que esta tome un nuevo rumbo. Esto da mucho miedo y, por eso, aún creemos que es mejor malo conocido que bueno por conocer.
No obstante, aferrarse a alguien por miedo deja claro que no estamos con ese alguien porque lo queramos o lo amemos, sino por una fuerte necesidad de no enfrentarnos a nuestros temores.
Esto no es justo, ni para nosotros ni para la otra persona. Viviremos en una mentira, en un relación hipócrita donde, en vez de avanzar, estaremos dando grandes pasos hacia atrás.
La ansiedad, el estrés, las recriminaciones y los conflictos se harán cada vez más presentes, ¡algo normal! No estamos donde queremos estar aunque así nos convenzamos de ello.
Descubre: El miedo al vacío emocional.
Muchas veces, ese temor a la incertidumbre del cambio es fruto de determinadas creencias que nos están frenando. Porque cuando una relación cambia, ¿qué es lo que nos viene a la mente?
Que la chispa se ha apagado, que hay que luchar por recuperar el amor antes claro, pero que ahora se encuentra bastante desdibujado… No queremos quedarnos solos, esa es la verdadera realidad.
Y es que los fracasos amorosos no están bien vistos.
El eterno cuento de “vivieron felices y comieron perdices”
Aferrarse a alguien deja claro que esos cuentos de nuestra infancia dejaron una profunda impronta en nosotros.
Seguimos soñando con ese final feliz, por eso evitamos cambiar, soltar y tocar algo en nuestras relaciones. Deseamos que estas sean para toda la vida…
No obstante, esto solo ocurre con las relaciones de pareja. En las relaciones de amistad, por ejemplo, sabemos que los amigos van y vienen.
Aunque nos duela no tenemos ese apego que manifestamos por nuestra pareja.
Lee: No necesitas que nadie te complete: eres una persona entera.
“Es mi media naranja”, “sin ti no soy nada”, “no sé que haría si no te hubiese conocido”, “me haces muy feliz”…
Todas estas frases hacen referencia al miedo a soltar y la necesidad de pegarnos como sea a nuestra pareja para poder experimentar ese cuento de príncipes y princesas tan irreal.
Nos hacemos daño, sufrimos apegándonos a alguien solo por miedo.
A veces, nuestro temor es tan grande que incluso encadenamos unas relaciones con otras para no sentirnos solos y fracasados en nuestro intento por encontrar a esa persona que nos complete.
No tengas miedo a soltar, aprende a no depender de nadie
No tengas miedo a soltar, a estar contigo mismo. Antes de sumergirte en el bucle de las relaciones estabas solo y no pasaba nada, ¿verdad?
Sin embargo, una vez entraste en ese mundo de emociones, de parejas, de sueños, parece que estar solo no es una opción. Porque el tiempo pasa y, quizás, no encuentres a nadie que te quiera.
Todos estos pensamientos son fruto del inmenso miedo que te da el cambio, el decir “se acabó”.
Aunque sea fácil decir que, si te sientes mal, no sigas en esa situación, que por más que sueñes con que todo irá bien no será así, lo cierto es que tienes que pasar por este aprendizaje.
Vivir en tus carnes el sufrimiento de cada decepción, darte una vez y otra de bruces contra esa intentona de esforzarte y luchar por relaciones ya rotas.
Antes de irte no te pierdas: Los 5 principios del desapego para nuestra salud emocional.
Experimentarás, dolerá, pero aprenderás que soltar es lo más liberador que existe, que aferrarse a alguien es fruto de un miedo que puedes afrontar.
Al final, lograrás desapegarte y ser feliz sin depender de nada ni de nadie. Te deseo una exitosa experiencia.
Imágenes: Katharina Jung.
The post Aferrarse a alguien es mucho más doloroso que dejarlo ir appeared first on Mejor con Salud.