Sanar duele porque hay que tocar la herida, abrirla y permitirle que se cure, ahora sÃ, como debiera.
A veces, evitamos mirar todas esas partes no sanadas que están en nosotros. Las ignoramos como si de esa manera fuesen a desaparecer. Sin embargo, esto no es más que una ilusión.
Lee: 6 consejos para aliviar el dolor emocional y ser más felices
Por mucho que no queramos tocar esa herida, seguirá ahÃ. El hecho de mirar para otro lado impedirá que pueda cicatrizar bien, que la cuidemos y que logre cerrarse.
Lo único que hacemos es permitir que supure, que siga abierta y que nos continúe haciendo mucho daño.
Sanar duele, pero es un dolor necesario
Todos hemos pasado por algún momento de nuestra vida donde nos ha costado horrores superar una situación que nos ha afectado de alguna manera.
Las que nos causan un mayor dolor son aquellas que están relacionadas con los vÃnculos con las demás personas. Por ejemplo, una ruptura amorosa o la pérdida de un ser querido puede abrir una brecha en nosotros que provocará un inmenso dolor.
Pero, ¿cómo mantenemos esa herida abierta? ¿Cómo evitamos que se sane de manera natural al igual que una herida o un rasguño en la piel?
Evitamos que la herida sane a través de diferentes recursos que impiden que aceptemos la adversidad que nos ha asolado y, para ello, existen varias formas.
Caer en victimismos para buscar refugio en el dolor
Sanar duele muchÃsimo cuando intentamos buscar refugio en el dolor. Ya estamos dolidos, la lesión escuece, pero vamos hacia ella, nos regocijamos en nuestra desgracia y asà evitamos que se cure.
Descubre: Victimismo crónico: personas que se lamentan continuamente
Es fácil sentirse vÃctima de una situación. Frases como “¡qué mala suerte tengo!” o “¡por qué solo me pasarán cosas malas a mÃ!” están a la orden del dÃa, asà como diversas quejas sobre aspectos mundanos de nuestra vida.
No somos vÃctimas ni el mundo está en nuestra contra. Esto solo aviva el dolor de esa llaga que no sanará hasta que no aceptemos lo que ha pasado, porque por mucho que luchemos, nada cambiará.
Mirar para otro lado, distraerse
Seguro que alguna vez que has pasado por un mal momento has escuchado consejos del tipo “¡sal con tus amigos!” o “no te quedes en casa rememorando lo sucedido, ¡distráete!”.
Esto puede ser positivo para evitar caer en el victimismo, pero no se puede llevar al extremo de girar la vista y hacer como que no ha pasado nada. Porque, asÃ, no estamos aprendiendo nada.
Por mucho que cambiemos el foco al que estamos mirando, la lesión seguirá estando en el mismo sitio, supurando de la misma forma y doliendo tanto o más que antes.
El valor de nuestras experiencias
Nuestras experiencias tienen un gran valor, por eso sanar duele, porque solo a través del dolor podemos aprender algo, crecer, progresar y madurar.
Aunque no nos lo creamos, cuando todo nos va bien no prestamos atención, pero cuando las cosas se tuercen, entonces, todo cambia.
¿Te has dado cuenta alguna vez de que, cuando estás con gripe y en la cama, valoras mucho el hecho de poder estar bien? Sin embargo, cuando estás bien no te das cuenta de esto y empiezas, de nuevo, a no valorarlo.
Esto demuestra lo mucho que podemos aprender, de lo que nos damos cuenta cuando el mundo parece estar en nuestra contra y todo se derrumba a nuestro alrededor.
A lo mejor es que tenemos que frenar, parar por un momento la forma de vida que estamos llevando para empezar a percatarnos de lo que realmente importa porque, en ocasiones, vivimos en piloto automático.
Antes de irte no te pierdas: Solo tú sabes lo que has superado y todo lo que “has dejado ir”…
Sanar duele, pero las malas experiencias no son una desgracia. Podemos tomarlas como una oportunidad para valorar los buenos momentos para percibir la belleza en las cosas más pequeñas y empezar a saborear, de verdad, la vida.
Crezcamos gracias al dolor, no lo evitemos ni intentemos taparlo con distracciones. Está ahà por algo, para algo.
Abrazar nuestras heridas y prestarles atención nos permitirá sanarlas antes y asà evitar revolcarnos en el sufrimiento y prolongar una agonÃa totalmente innecesaria.
The post Sanar duele, pero ese dolor permite crecer appeared first on Mejor con Salud.