Una madre para cien, un padre para ninguno, dice el refrán, aunque hay excepciones. La madre antepone el bienestar del hijo a su propio bienestar, esto se traduce en sacrificio y esfuerzo por sacarlos adelante.
Desde que tuve uso de razón, vi a mi madre luchar sin dejarse derrotar.
La vi caminar distancias para poder llevar a nuestro hogar, el dinero necesario para darnos alimento, educación y todo lo necesario para que no pasáramos privaciones; nunca las tuvimos.

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