Ponga usted frente a una cámara a Antonio Banderas, a Salma Hayek, a Ruben Blades, a Cheech Marin y si acaso le faltara algo, agréguele a Enrique Iglesias (apenas canta, no digamos actuar); tal mezcla le dará como resultado un filme de baja calidad llamado “Érase una vez en Méxicoâ€.
Dirigida por Robert RodrÃguez, esta pelÃcula concluye (esperemos que asà sea), la trilogÃa iniciada en 1992 con el nombre de “El mariachiâ€. Se sabe que aquella primera cinta tuvo un pequeño presupuesto de siete mil dólares, este aspecto, más que la calidad, influyó en la preferencia o novelerÃa del público estadounidense, situación que la convirtió en un éxito de taquilla.
Después llegó la segunda parte, a ésta le correspondió el tÃtulo de “Desperadoâ€, filmada con mucho mayor presupuesto que la primera, esta producción dejó en claro que es innecesario invertir millones para hacer realidad un buen proyecto, pues si no se tiene el talento, no hay dinero que logre producir un trabajo aceptable. La tercera parte sufre de los mismos fallos que las anteriores.
En principio se puede señalar que el guión, aparte de estar mal elaborado, carece de creatividad y de coherencia. Partiendo de lo anterior se puede decir que estamos en presencia de un filme caótico, en el cual los eventos son narrados casi sin orden y con grandes pretensiones, pero con poca inteligencia; entonces el resultado final no puede ser otro que el de una producción fallida.
De las actuaciones se puede anotar que ninguno de los personajes está bien elaborado, todos los actores caen vÃctimas de la pobreza de la historia contada; ni siquiera la inclusión de Johnny Deep logra hacer algo merecedor de ser recordado. Otros aspectos como: fotografÃa y dirección de arte, aportan muy poco al desarrollo global; en ese sentido hay que señalar que es el contexto el que limita las posibilidades de la historia y de todos los que participan en la puesta en escena.
“Érase una vez en México†es una cinta que pone en evidencia la falta de originalidad de Robert RodrÃguez, al tiempo que pone al descubierto, una vez más, que su llegada al cine de proyección masiva, fue más producto de casualidad que de capacidad.
Es un hecho que la filmografÃa de este director genera opiniones encontradas, algunos lo califican de original e irreverente, otros suelen descalificarlo; lo cierto es que si uno se atiene a tÃtulos como “Spy Kidsâ€, es imposible opinar de otra forma. Calificación 4/10.
FERNANDO RAMOS