Regresaba de visitar a mi hermana en el occidente, en el viaje empecé a experimentar una sed insaciable, normalmente no tomo agua en cantidad, tomo café regularmente; pero ahora tenía una necesidad de agua, asumí que era por el calor de la costa sur.

Llegamos a casa y busco algo de tomar que no sea agua, tomo jugo de naranja, pero al hacerlo siento necesidad de tomar agua, tengo la saliva espesa. Voy a dormir, e inicia mi carrera a hacia el sanitario toda la noche. Por la mañana, busco café y mi cafetera se arruinó, tomo agua, desayuno y no tengo tanta hambre, en cambio tengo sed, como poco y tomo agua. Mi nueva rutina de vida sucede igual cada día que sigue, esto es, tomar agua, medio comer, orinar como loco y no dormir.

Después de unos días, me miro en el espejo y veo que tengo ojeras, lo ojos hundidos y he perdido peso; normalmente uso lentes para leer y veo muy bien de lejos, ahora no necesito los lentes para leer, veo muy bien sin ellos, pero no veo de lejos, necesito lentes para ver la tele. Mi esposa dice, será hepatitis C, le digo, no se, podría ser diabetes. Me pide que vayamos al doctor pero no soy adicto a ellos y pasan quince días desde que empezó mi problema, para entonces mi voz suena rara y estoy delgado.

Por fin, mi esposa y mis hijos me convencen y me llevan al doctor, este me pregunta, a ver que tiene, le describo mis problemas y dice: posible diabetes, llama a una enfermera para que me saque una muestra de sangre con el glucómetro, cuando insertan la bandita, este marca error, luego me dice que debe de sacarme otra muestra de sangre y le ordena a la enfermera que lo haga y me extrae unos 10 cc; pasan cuarenta y cinco minutos y la enfermera regresa y le entrega una hoja de resultados, la ve luego me dice: me sorprende usted, estamos muy mal su nivel de azúcar está en 573, no siente mareos, otros síntomas raros aparte de los que ya me enumero?

Le contesto que no. Me dice con ese nivel de azúcar otra persona estaría grave, por no decir muerta, no se que pensar, pero le voy poner una dosis de insulina para normalizársela; pasan nuevamente cuarenta y cinco minutos y me toman otra muestra de sangre, luego de cuarenta y cinco minutos regresan los nuevos resultados y únicamente bajo a 524, se sorprende nuevamente el doctor, me dice que debo de iniciar un tratamiento y así lo hago.

Sigo el tratamiento, no debo de comer pan, azúcar y un rollo de cosas más. Las pastillas que me recetó (dosis de 2 antes de desayunar) me causan algunos problemas y reduce la dosis a una, después de una semana vuelvo a la clínica y me toman una muestra con el glucómetro, el doctor dice, su azúcar está normal, pero debe de seguir con el tratamiento, oficialmente, usted es diabético, pero no se preocupe, si se siguen las indicaciones no tendrá complicaciones. Lo cierto es que desde antes de acudir al doctor ya estaba preparado y no me afecto lo que me dijo.

Le comenté sobre los problemas visuales y me aconsejó que acudiera al oculista, lo hice y compré nuevos anteojos, pero únicamente los puede usar una semana, porque luego mi vista se volvió a normalizar, esto es, necesité los antiguos anteojos y ya veo muy bien de lejos. Dejando por un lado las indicaciones, volví a comer pan, pastel, helado de vez en cuando y no he sentido cambios, ya no tengo la saliva espesa, mi sed es normal, he vuelto a tomar cafe como siempre y mi peso está normal.

Mi vida ha vuelto a ser como antes, con la diferencia que ahora me tomo una muestra con el glocómetro y una pastilla antes de desayunar, a veces se me olvida y como normalmente y no siento molestias. Después de 2 horas de haber desayunado me tomo otra muestra y todo dentro de lo normal, y así hasta la noche después de cenar, gracias a Dios todo sin novedad.

Por eso me pregunto: ¿soy diabético?