Si reflexionamos sobre el mañana que tendrán nuestros hijos, y más aún, nuestros nietos, la respuesta es obvia:
Un mundo plagado de limitaciones, falta de acceso a mejores oportunidades de empleo, que redunde en un mejor nivel de vida. Pero la vida estará limitada por falta de oxÃgeno puro, esto derivado de la falta de bosques.
La falta de bosques convertirá la tierra en un inmenso desierto, esto contribuirá a que los alimentos básicos se conviertan en alimentos de lujo e inalcanzables para las familias de bajos recursos económicos. Esto llevará a la desesperación y a la destrucción de la raza humana.
Aún estamos a tiempo de cambiar el rumbo de las cosas, si hacemos conciencia y tratamos de devolverle a nuestro planeta algo de lo mucho que hemos recibido. Devolverle bosques frondosos para que los rÃos vuelvan a correr como antes lo hacÃan y de esta forma, fertilizar la tierra nuevamente. El agua es vida, pero si no hay bosques, la vida se desvanecerá como el agua.
Somos parte inherente de este planeta bendito, no lo destruyamos más.