Este es un texto crÃtico acerca de uno de los libros de poesÃa, guateamalteca, que ha sido considerado entre los más importantes, publicados en Guatemala.
LA IZQUIERDA ERÓTICA FUERA DE CONTEXTO
El poeta es un reflejo de su tiempo, por consiguiente, la poesÃa que escribe también lo es. Su obra, publicada o no, constituye una reinvención de la realidad inmediata. Esto no significa que al publicar un libro se esté haciendo una fotografÃa de tal o cual época, pues de ser asÃ, estarÃamos hablando de un objeto estático y no de un objeto estético. La poesÃa, entonces, -la de verdad- trasciende mucho más allá del tiempo en el que fue escrita. De esa manera, cuando la trascendencia de un libro de poesÃa se mide en función de la época en la que fue publicado por primera vez, sucede que, con el paso de los años, ésta se torna en desencanto, tanto para sus antiguos lectores como para los nuevos.
Poemas de la izquierda erótica de Ana Maria Rodas, fue publicado hace treinta años. Leerlo ahora no produce el mismo efecto que entonces. Pero, ¿cuál efecto es aquél? En un texto publicado en el diario Siglo XXI, en enero de mil novecientos noventa y cuatro, cuando se cumplÃan veinte años de haber sido publicado el libro, Adelma Bercián cita el siguiente comentario de Luz Méndez de la Vega: “Ana Maria escandalizó, pues utilizaba un lenguaje explicito; en otras palabras, presentaba lo erótico tal cual, no sublimado, ella no utiliza metáforas, que son una herramienta del lenguaje para establecer comparacionesâ€. Luz Méndez tiene razón. Ana Maria Rodas no utiliza metáforas, pero, hay algo más importante: la mayorÃa de los poemas carecen de verdaderas imágenes poéticas y, por lo tanto, los textos son prosaicos y explicativos.
La imagen poética recoge las palabras, las despoja de su sentido lógico y les posibilita una coherencia interna, determinada ésta por el nivel de interiorización del hecho poético. Los recursos formales normalmente destruyen la imagen poética. Se puede tener habilidad para usar el lenguaje, pero, al final, el contenido es lo importante. Por eso, apoyarse sólo en el lenguaje y repetir la fórmula hasta agotarla da como resultado que los textos apoyados en esta estructura formal se conviertan en meros artificios.
Comienza el libro presentando una voz femenina liberada de prejuicios. Parece ser un buen presagio. Pero, la libertad que tiene al principio difÃcilmente se sostiene: los textos discurren entre la posición de rebeldÃa y los gritos a medias, la independencia del sexo opuesto y la dependencia del mismo. No obstante, no se desarrolla una dialéctica de contrarios categórica. Esta inconsistencia deviene, entonces, un caos retórico, una pose por momentos ambivalente, por lo que al final, los poemas resultan artificiales, frÃos, textos lineales que pocas veces transmiten la emoción que pretenden y que, en su mayorÃa, carecen de multisignificancia. Es decir, que su estructura poética es muy débil.
Domingo 12 de septiembre, 1937 /a las dos de la mañana: nacÃ. / De ahà mis hábitos nocturnos /y el amor a los fines de semana. /Me clasificaron: nena? rosadito. /Boté el rosa hace mucho tiempo /y escogà el color que mas me gusta, /que son todos. /Me acompañan tres hijas y dos perros: /lo que me queda de dos matrimonios. /Estudié porque no habÃa remedio /afortunadamente lo he olvidado casi todo. // Tengo hÃgado, estomago, dos ovarios, /una matriz, corazón y cerebro, más accesorios / Todo funciona en orden, por lo tanto, / rÃo, grito, insulto, lloro y hago el amor. //Y después lo cuento. (pág. 7).
Este es el poema que sirve de presentación al libro. El texto está escrito con total libertad, pero se presenta cargado de versos artificiales, por ejemplo: Me clasificaron: nena? Rosadito. (Pág. 7): esto es un artificio, porque el sexo no es producto de una clasificación o designación al momento de nacer. Si bien es cierto que las palabras en un poema pueden tener un significado distinto al literal, en este caso, no sucede asÃ: no tienen el efecto de una imagen poética. Otros versos son explicativos, como el que sigue: Boté el rosa hace mucho tiempo / y escogà el color que más me gusta,/que son todos; (pág. 7). En este punto no es necesario explicar que se ha escogido otro color y resulta, aún, menos necesario decir que ahora le gustan todos los colores. Esta clase de explicación causa desencanto en la lectura de un poema. Pero, ¿por qué son innecesarias estas palabras? ¿Por qué se dice que están de más? La poesÃa es principalmente sÃntesis (lo cual no quiere decir que los poemas deben ser cortos, o tener menos palabras), y suele suceder que cuando no se utilizan las palabras adecuadas (el número exacto de palabras), se le restan posibilidades al poema. Además de las mencionadas, hay fallas evidentes en la construcción formal del poema, por ejemplo, es redundante decir: Me acompañan tres hijas y dos perros:/lo que me queda de dos matrimonios. (pág. 7) El segundo “me†esta de más y le resta fluidez al verso y, al mismo tiempo, va en detrimento del ritmo. En la última parte del texto, se evidencia de mejor manera, el hecho de que algunas palabras están de más: Tengo hÃgado, estomago, dos ovarios, una matriz… (pág. 7) ¿Cuántos ovarios tiene una mujer? ¿cuántas matrices? Entonces, ¿será necesario escribir el número?…
Las fallas formales en la construcción de los poemas son recurrentes a lo largo del libro. Los siguientes son sólo algunos ejemplos: Lavémonos el pelo /y desnudemos el cuerpo. (pág. 11). El segundo verso es explicativo, pues cuando se señala al cuerpo, el significado de lo escrito se cierra y no deja lugar a otra interpretación. En otras palabras, explica el significado de lo que se está diciendo. Enigmático, te deslizas de la luz para la sombra. (pág. 16). La última parte del verso es explicativa e innecesaria, que importancia tiene para dónde se desliza, en todo caso tal explicación deja sin efecto la primera parte, pues como se revela hacia donde se desliza, deja de ser enigmático. Te observo atentamente /para aprender a transformarme de humano en fiera. (pág. 81). De nuevo, la última parte del verso se torna explicativa. Como en el ejemplo anterior, es innecesario decir en qué se transforma; además, por el bien de la sintaxis, estarÃa mejor escrito, de humano a fiera. Como los anteriores, hay una buena cantidad de versos y no hay que ser un lector acucioso para descubrirlos, pues el ritmo de los poemas se encarga de hacerlos evidentes.
Otro aspecto que se ha señalado, de forma sistemática, es la libertad y rebeldÃa con las cuales fue escrito el libro, pero si se hace un análisis, más o menos profundo, esa rebeldÃa se transforma en gritos a medias y algunas veces, en sumisión; por ejemplo: A mà me harta un poco todo esto / en que dejo de ser humana / y me transformo en trasto viejo. (pág. 13). Cuando dice que le harta un poco, el verso da a entender que en parte también le gusta. En vez de semen en las piernas y en la cama /hay una fila interminable de palabras. // No importa / además de ser mujer, soy poeta. (pág. 20). Los últimos dos versos, además de ser explicativos, se perciben como una justificación. Quizás, deje la lucha… //… No voy a esperar tu próxima tortura… (pág. 68). En este poema, la segunda parte es contundente, pero la primera no se atreve a ser. AquÃ, hay que señalar el empleo de la palabra quizás, lo correcto es usar quizá. Poemas de la izquierda erótica es un libro que ha recibido elogios excesivos que no merece, pues los textos que lo conforman tienen, entre otros fallos: escaso contenido poético. No es raro encontrar párrafos, al inicio o al final de los poemas, que no tienen nada que ver con los demás; la sintaxis sufre a lo largo del libro y muchos versos son lugares comunes: sucios billetes (pág. 13). el despertar del deseo (pág. 19). Yo a fuerza de quererte no era yo /sino tu sombra. (pág. 59). Te amo /tú eres /mi pueblo. (pág. 69). Para sobrevivir en esta jungla (pág. 81).
En conclusión, se puede decir que el efecto causado en las personas que han leÃdo el libro, es el que le ha valido su trascendencia en el tiempo. Sin embargo; su valor estético es mucho menor del que se le ha atribuido. Los textos han sido tomados de la primera edición publicada por editorial Gurch en enero de 1,998. La poesÃa más allá del efecto inmediato, es una huella indeleble de la imaginación del poeta: su impresión en el espÃritu anónimo a través del tiempo.
FERNANDO RAMOS