Como todo padre responsable queremos lo mejor para nuestros hijos, y por ende, para nuestros nietos, y hasta donde nuestras generaciones puedan extenderse.
Pero creo sinceramente que les estamos dejando un mundo plagado de limitaciones y sinsabores, un mundo sin árboles, sin rÃos, y por lo mismo, sin oxÃgeno.
Es nuestra obligación sembrar al menos un árbol, aunque la cuota propuesta es de 10, que son los necesarios para la generación del oxÃgeno que cada ser humano necesita para sobrevivir.
La palabra clave aquà es CONCIENCIA.
No estoy en contra el progreso, pero el problema es, que para construir, destruimos pero no reconstruimos.